El apego no es algo inmutable, ni siquiera se mantiene siempre en la misma medida a lo largo de la vida de una persona.
Si tuviéramos que describir qué es el apego seguro, hablaríamos de que el niño o la niña se siente segura, protegida, querida, aceptada y sobre todo valorada debido a la incondicionalidad que muestra la persona adulta referente.
¿De qué depende? Principalmente de nuestra constancia porque a mayor muestra de cuidados y atenciones, podrán descubrir que se sienten parte de algo. Además, si estamos atentas y se lo comunicamos, le haremos recibir esa parte de incondicionalidad que tanto necesitas.
Es importante ser conscientes de que el comportamiento de los niños y niñas, está relacionado y mediado por la conducta de la persona que tenga en frente. Por eso es importante poder estar siempre disponibles afectivamente y mostrarnos incondicionales.
¿Cómo lo logramos?
- Podemos mostrarnos seguros y sobre todo, afectivos.
- Podemos mostrarnos predecibles a través de los hábitos y de rutinas.
- Es importante que estemos pendientes, que observemos y que podamos tomar consciencia de qué le bloquea, cómo se desbloquea y cómo podemos ayudarle a relajarse.
- A la hora de intentar conseguir un nuevo objetivo, es importante tener metas cortas y reforzadas, ya que así, la frustración, tanto para tu peque, como para ti, será mucho más fácil.
- Mostrarse incondicionales: esto hace referencia a que no podemos olvidar que tenemos que quererles por lo que son y no por lo que hacen, ya que nos estamos convirtiendo en sus adultos referentes positivos.
- Es importante saber que a medida que os mostréis abiertos, cariñosos, la duración de aquellos episodios que está más descentrado o descentrada, la frecuencia con la que ocurren este tipo de conductas y la intensidad de las mismas, irá disminuyendo poco a poco.
Es importante recalcar como último, pero no menos importante, que necesitamos cambiar la concepción que tenemos de “llamadas de atención“.
Desde el círculo de seguridad parental, a eso se le llama “llenar la taza” y no se reconoce como una llamada de atención, sino que se le hace un cambio de paradigma y se le dice “búsqueda de conexión“.
Es esa necesidad que tiene el o la menor de conectar con la persona adulta, buscando llenar su taza emocional, volviendo a su refugio seguro, y una vez que la llena, vuelve a la exploración desde su base segura.
Si te interesa tener más información sobre el círculo de seguridad parental, sigue atento, sigue atenta a las próximas publicaciones.
Si te gustaría conocer y detectar aquellas conductas que crees que están limitándote a la hora de poder crear un apego seguro con tu hija/o, no dudes en ponerte en contacto conmigo a través del siguiente enlace.
Y recuerda… ¡Lo estás haciendo bien!
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