
La mayoría de las personas podrían etiquetarlos como bebés muy caprichosa/o al querer estar siempre en brazos; muy llorones y eso es porque se les consiente mucho, pero la realidad es otra. Las/s bebés de alta demanda existen, no son ningún invento.
Pero primero aclarar una cosa, las/os bebés NO SON caprichosas/os, no se les consiente mucho. Esto me parece importante decirlo y aclararlo, ya que se nos olvidan que las/os bebés se comunican de la única forma que saben, el llanto. Si lloran porque necesitan sentirse seguras/os en brazos de mamá o papá, es porque necesitan estar en brazos de mamá y papá.
Es cierto, que lo primero que hay que hacer es descartar cualquier causa médica, y una vez descartado esto, saber que tu hija/o ES NORMAL. Hay bebés que nacen con más necesidad de afecto y contacto que otros bebés y no por ello os tienen “la medida cogida”, o “le estás malcriando por cogerle tanto en brazos”. Y como dije antes, NO, coger en brazos no es malcriar, es BIENCRIAR. Las/os bebés en general, pero sobre todo, los de alta demanda, son bebés que reclaman de manera más intensa, con más insistencia y con más exigencia que otros bebés a que se les atiendan sus necesidades.
A ver si te suena algo de esto: tu bebé suele llorar más fuerte y más a menudo que el resto de las/os bebés de alrededor, pude llegar a comer con ansias, apenas duerme y si duerme se despierta con más facilidad, parece que nunca tienen suficiente mostrándose insatisfechos y que podrían precisar más cuidados constantes, la luz del sol le molesta cual vampiro o la etiqueta de la ropa le molesta como si le estuvieran cortando la piel.
Fue la pediatra Dra. Sears quién definió que estas/os bebés eran completamente normales, pero que reunían una serie de características que podrían definirse bien y así explicar qué les sucede y saber que está bien, no pasa nada si esto ocurre:
- Son intensas/os: sabemos que el llanto es la manera que tienen de llamar la atención las/os bebés y eso significa que hay que atenderles, pero un/a bebé de alta demanda significa que hay que atenderle de manera MUY urgente, poniéndole mucha energía en todo lo que hacen. Pero también significa que el resto de emociones también se viven de manera intensa, por ejemplo, riéndose con muchísima intensidad y disfrutando muchísimo de un momento/juego/lugar.
- Son “hiperactivas/os” pero no como el trastorno, sino como una característica que les define. Son bebés inquietos, que necesitan muchos más estímulos del exterior que otras/os bebés, tocando más y experimentando más, pero también puede suceder que si están demasiado estimulados, por diferentes vías, también pueden alterarse más, traduciéndose en más llanto y falta de poder conciliar el sueño, es difícil encontrar la medida exacta.
- Son absorbentes: si un bebé tiende a agotar, tener un/a bebé de alta demanda termina extasiando a sus cuidadores, ya que demandan estar constantemente en brazos, más atención, necesitan más afecto, más comida, y aún teniéndolo todo, piden más.
- Requieren comer con más frecuencia: el alimento para las/os bebés no sólo tiene la función de nutrición, sino que es una cuestión de sentirse seguros, acompañados y a gusto, sobre todo si existe lactancia materna exclusiva. La succión no nutritiva es el elemento clave en este tipo de bebés. Si son bebés de biberón también pedirán más, ya que estarán en brazos de una persona que les cuida, les quiere y está presente.
- Cuando quieren algo lo quieren ya, y no por capricho, sino que lo necesitan con urgencia, y por eso, son capaces de pedirlo con mucha insistencia, no suele gustarles esperar y no por ello son caprichosos, es una cualidad que posee.
- A esto se le une que este tipo de bebés suelen tener una menor necesidad de sueño, teniendo despertares muy frecuentes, siendo su sueño muy ligero y necesitando contacto para dormirse de nuevo. Siendo el claro ejemplo de que el carrito, la cuna o cualquier sitio donde se les ponga “tenga pinchos” y pidan con urgencia salir de ahí
- Tienden a estar insatisfechas/os, nunca es suficiente atención, brazos, caricias o teta, trayendo frustración a mamá o a papá o ambos. De ahí, la importancia de entradas como estas, hay que saber que son así, que es algo normal, tu bebé está sano, pero sobre todo, necesitamos tener paciencia.
- Tienden a ser impredecibles, siendo totalmente frustrante, ya que no se consigue establecer ninguna rutina, lo que antes servía, ya no sirve.
- Son más sensibles que el resto de bebés, suelen mostrar molestia, se despierta con facilidad ante cualquier ruido, sobresaltándose con facilidad. Las sensaciones que le producen diversos estímulos: la luz fuerte, texturas, olores fuertes, la etiqueta de una prenda. Pero esto no es malo, también les ayuda a ser más empáticos, ya que al estar tan pendientes de sus emociones, también son capaces de ver las emociones en los demás, porque prestan mucha atención.
- Tienen una necesidad de contacto continúo. No sirve nada más que los brazos y la mayor parte del tiempo, en movimiento. Aunque hay alternativas, porteo ergonómico o una pelota de pilates, (en serio, ayuda con el “altímetro” que todas las/os bebés y en especial, estos, tienen las/os bebés instalado), estamos sentadas/os, nuestra espalda, piernas y pies nos lo agradecen, pero al botar encima de esta pelota, “podemos engañarle un poco”.
- Por todo lo anterior, no son capaces de consolarse por sí mismas/os, y con esto no quiero decir que haya que dejarles para que aprendan solas/os calmarse (atrás Estivill), sino que existen bebés que pueden pasar algún tiempo en la cuna o carro sin necesidad de llorar o de contacto físico… Esto significa que en las/os bebés de alta demanda, no existen esos periodos de “no llanto”, no les vale sitio que no sea su madre o padre o su cuidador principal.
Hoy en #HistoriasReales contamos con el testimonio de Aurora y Leo, su hijo de 5 años que ha sido un bebé alta demanda y sigue siendo un niño de alta demanda.
Bienvenida Aurora, gracias por querer explicar lo que te ha supuesto tener un bebé de alta demanda.
Gracias a ti, por dar voz y visibilidad a esta característica de algunas/os bebés y niñas/os (y adultas/os) para que aquellas/os madres y padres que tengan un bebé así, para que puedan sentirse aliviados por tener la información y, empoderados a la hora de satisfacer las necesidades de sus bebés.
¿Cómo es el embarazo y parto de Leo?
El embarazo fue muy bueno, no tuve ninguna patología importante, estuve activa, entrené, me sentía fuerte, poderosa y feliz.
El parto fue bastante traumático, instrumentalizado, no respetado, medicalizado… y el postparto, aún peor.
¿Cuándo empiezas a notar que tu hijo necesita más atención que el resto de bebés? ¿Le llevasteis a algún médico?
Desde que nació, si algo he repetido mucho a mamás que dudan sobre si su bebé es o no de alta demanda es que la alta demanda se nace, no se hace. Por tanto, desde que nacen, las primeras horas/días, incluso desde el primer llanto, empiezas a ver señales.
Sobre los 4 meses y medio me topé con el término alta demanda en una búsqueda en Google que nunca olvidaré que empezó con: “bebés que lloran mucho” “bebés muy demandantes”
Llevamos a Leo a 2 pediatras privados, además de su pediatra de la seguridad social, estaba muy preocupada. Llegué a pensar que mi hijo tenía algún tipo de problema neurológico, algo sensorial o alguna patología, como sordera, que le impidiese recibir los estímulos de una forma normal.
¿Cómo era el día de Leo cuando tenía desde el nacimiento hasta los 9 meses aproximadamente?
Agotador, frustrante y tremendamente estresante.
A ver, por supuesto que tenía momentos felices y yo con él, pero la mayoría de las veces la sensación que imperaba, la idea que rondaba mi cabeza, con más frecuencia, era la de: “no es feliz”. Me sentía impotente por ser incapaz de satisfacer todas sus necesidades en la forma y medida exigida por él. Era muy difícil tenerlo en paz y conforme con algo más de 5 minutos.
Cada día con él suponía una “ostia de realidad”, asimilar que, prácticamente nada de lo que me habían contado o aconsejado sobre los bebés, funcionaba con él. No le relajaba el baño, jamás, pero tampoco sacarlo de la bañera. No se relajaba en el coche nunca, todo lo contrario, no le gustaba pasear en carro, ni ser porteado, en brazos dependía de la postura y, por supuesto de pie, pero si se enfadaba y lo soltabas era aún peor.
Todo con él había que estudiarlo al milímetro.
¿Cómo era el día de Leo a partir de los 9 meses?
Pues más o menos lo mismo. Los niños de alta demanda se frustran muchísimo, una barbaridad, constantemente, entonces cuando empiezan a dominar el movimiento, el gateo, las primeras palabras, señalar, comunicarse…, empiezan a mejorar, algo, poco a poco. Así que, en ese sentido, se podría decir que a partir de esa edad más o menos hay cierta mejoría. Eso sí, de día, porque por las noches empeoran considerablemente y, el viajar en el coche, no mejora hasta los 2 años mínimo, al menos, eso sucedió con Leo. Pero sí, como consuelo, a medida que van ganando autonomía, van mejorando en cuanto a la frustración y el inconformismo permanente.
¿Cuál es la peor anécdota que recuerdas con Leo con amigos o familiares?
Puff, lo peor que recuerdo es la de veces que perdí los papeles con él, lo angustiada que me sentía por no sentirme segura estando sola con él, tenía miedo de ser capaz de hacerle daño, de perder la cabeza, estuve un tiempo con un nivel de estrés muy muy alto.
Con respecto a familia tengo muchas anécdotas, pero quizás lo más duro para mí era estar con otros bebés “normales” que le hacían la vida infinitamente más fácil a sus madres y padres y que nosotros viviéramos en tensión constante 😅.
¿Cuál es el peor momento con Leo haciendo cosas rutinarias fuera de casa: comprar, ir al parque, etc.?
Todas las cosas rutinarias eran un infierno. De bebé nunca consentía no estar en brazos más de 5 minutos, y nada de porteo, en brazos, así que, lo que supusiera más de ese tiempo, te tocaba estar escuchando a un bebé berrear, sin bajar los 3000 decibelios y sin consuelo.
Pero lo peor sin duda el coche, lo he pasado muy muy mal cuando tenía que montarlo en el coche, lloraba en su nivel top de gama todo el trayecto. Era un infierno.
¿Cómo llevaste todo esto? ¿Qué supuso para ti y tu día a día?
Lloré mucho, muchísimo. Me sentía mal, por tener sentimientos negativos hacia mi hijo, que fue 100% deseado, me sentía mal porque él no había venido a este mundo a cumplir mis expectativas y yo no era capaz de satisfacer sus necesidades como madre suya que era. Estuve durante mucho tiempo en un nivel de estrés y agotamiento muy destructivo para mí y para la relación de apego con él. Aún me “escuece” pensar en ello.
También repercutía en la pareja, discutes más, estás más irascible… no dormir apenas y, ese nivel de tensión diario pasa factura. Menos mal que fuimos un equipazo y lo superamos. Yo siempre digo que si un bebé AD no rompe una pareja ya es casi indestructible.
Sin embargo, a la misma vez, me enseñaba a exprimir cada momento bueno y a valorar por encima de toda la importancia de tener un hijo sano, porque él no era más que un bebé intenso, con mucho carácter y muy demandante, pero nada más. Estaba sano y estaba conmigo, esta era mi frase “mantra”.
¿Has encontrado algún apoyo en alguna situación estresante?
Sí, tengo amigas maravillosas que vivieron aquella etapa día a día conmigo, mi madre también me ayudo al principio a salir del “boquete inicial”. Mi padre, que también escuchaba mis llamadas ahogadas en llanto y, por supuesto, mi pareja. Pero hasta que no encontré a otra mamá (Sandra, gracias infinitas por aparecer en mi camino), que estaba viviendo lo mismo que yo, no me sentí totalmente comprendida y aliviada al fin.
¿Cómo es la escolarización de Leo?
La Escuela Infantil muy mal, llantos diarios. Lo recogía siempre con “el corazón encogido” de llorar, y comentarios todos los días del tipo “tiene muchísimo genio”, “llora súper fuerte”, “no hay forma de que este más de 5 minutos en el mismo sitio” “es el niño más difícil que hemos tenido en 20 años…” Esta última frase, fue una de las que más me dolieron.
Sin embargo, el colegio muy bien, él ya tenía madurez suficiente para tolerar la separación, pero en la escuela infantil no. Leo es muy sociable, no todos los alta demanda lo son. Algunos son del otro extremo, muy introvertidos y les cuesta mucho las relaciones sociales. Pero Leo, tan sólo ha necesitado sus tiempos. En la edad dela Escuela Infantil se relacionaba perfectamente con otras/os niñas/os, pero hasta cierto límite y, con presencia de sus figuras de apego. Eso de pasar 6 horas sin mamá, que por esa esa edad era una lapa mía, pues no lo llevaba nada bien.
Decidís ampliar a la familia y ahora tenéis a una peque de 2 años, Noa, ¿cómo es su relación?
La relación entre hermanos es muy buena en general, Leo es muy atento, cariñoso… pero se le nota que él sigue necesitando una persona que esté pendiente de él 24 horas al día y, a veces, tener que aceptar que eso ahora no es viable, pues no lo lleva bien. Pero, poco a poco mejor. Lo que lleva regular es que Noa juega a ratos bástate sola y, a él, le cuesta aún mucho, porque las/os niñas/os de alta demanda, reclaman muchísima presencia en el juego, como para todo, así que, si el juego de Noa no le gusta, pues se dedica a fastidiarla. Supongo que también serán cosas normales de hermanos.
¿Si pudieras hablar con Aurora durante el embarazo de Leo , qué le dirías?
Qué se prepare jajajajaja. Pues que nada es más importante que tener un hijo sano, y que todo pasa, que disfrute cada segundo con su bebé, el tiempo pasa rapidísimo y, a veces, me siento mal o culpable por pensar que estuve más tiempo lamentándome por el carácter de mi hijo del que estuve disfrutando.
¿Qué has echado en falta durante todo este tiempo?
Pues algo que he prometido retomar y aún no he hecho, la terapia. Porque Leo en muchas cosas es un espejo de lo que yo soy, y saca lo mejor de mí, pero también mis peores fantasmas. Sé que tengo un trabajo ahí importante y que eso repercutirá positivamente en mi relación con él.
Y en cuanto a los demás, el entorno, la sociedad, he echado en falta empatía, a veces, porque es muy fácil decir “todas/os las/os bebés son demandantes” o “todo es acostumbrarlo a esto o lo otro”, cuando no has tenido un/a bebé de alta demanda, porque, yo también tengo otra hija, que quería muchísimos brazos, y teta por la noche, pero hay un abismo. Los niños de alta demanda son “otro nivel”. Pero también he tenido muchísimo apoyo, sobre todo, de quien ha tratado a Leo en el día a día y sabía cómo era y lo que suponía 24 horas con él.
También es cierto que, yo tampoco he proclamado demasiado la definición de alta demanda, excepto en círculos de crianza con más conciencia sobre el tema. Siempre me he referido al carácter de Leo como muy intenso, muy demandante, porque parece que, cuando usas un término para definir una característica de tu hijo, es como si la gente ya pensara que te gusta etiquetarlo y, menos veracidad o credibilidad te dan.
¿Cómo es Leo ahora?
Leo es maravilloso, de verdad, sé que es mi hijo, pero es que es un niño que triunfa donde va jajaja. Es divertido, disfrutón al máximo, inteligente, recurrente, cariñoso, sensible… También es todo lo que era de bebé, inconformista, impaciente, insaciable, muy intenso y extremadamente demandante, retador…, “trabajosito” vaya. Pero sigo aprendiendo a quererlo en todo su ser y sigue siendo mi maestro de existencia porque cada etapa es un reto para mejorar y para aprender sobre él, sobre mí, sobre la vida y, la maternidad.
Si te gustaría hablar con esas familias que no paran de recibir comentarios despectivos relacionados con sus bebés, aquellas familias que están comenzando a pasar por esto y no saben qué hacer, o a aquellas familias que ya están exhaustas, aquí tienes tu espacio.
Bueno, diré lo que ya he dicho en muchísimas ocasiones a mamás y papas de bebés de alta demanda: haz todo lo que tengas que hacer para satisfacer la intensa demanda de tu bebé, sin remordimientos, sin culpas, olvídate del mundo, de los prejuicios, de los consejos pedidos y no pedidos, sigue tu instinto, y, si lo necesitas, que lo necesitarás, para, respira, sal fuera, toma el aire, cuenta hasta 100, 1000 o 10. 000 y mira a tu bebé. Lo único que quiere en este mundo es estar junto a ti, es todo lo que necesita ahora, nada es más importante para él.
Y, que pasará, que disfruten todo lo que puedan de los momentos buenos que hay muchísimos porque pasará: los llantos incansables, la demanda insaciable, el mal humor, las noches sin dormir, la frustración… Todo pasará y cada etapa os enseñará a comprender mejor a vuestra/o hija/o y, a conoceros mejor a vosotras/os mismas/os.
Aprovechad esta oportunidad de la vida, de romper con todo lo que pensabais que sería tener un bebé “normal” para disfrutar de algo aún más maravilloso.
¡Gracias Aurora, por dar a conocer una realidad que viven muchas familias, y muchas sin darse cuenta!
Gracias a ti, siempre. ❤️
Os dejo además un escrito que hizo cuando su bebé tenía pocos meses e hizo esta maravilla
Si necesitas hablar, si necesitas una ventilación emocional, o te gustaría contar tu historia real, no dudes en ponerte en contacto conmigo a través del siguiente enlace.
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